Quédate, quédate a mi lado
hasta que me duerma y no vea tu partida,
hasta que el jilguero cante al sol de la mañana,
hasta que hilos de luces rasguen muros de tinieblas,
hasta que despierte y sepa que te has ido.
Quédate, quédate a mi lado
para que el sueño venga,
para que el silencio como un bendito manto,
me cubra cual mortaja de paz, de suave olvido.
Qué hay en tus alforjas vendedor de ilusiones?
Qué sueños, qué esperanzas, qué poemas escondidos?.
Las abres y aparecen bandadas de palomas,
que vuelan hacia el cielo buscando su destino.
Ya no importa que despierte y encuentre que te has ido,
no importa que no veles otra noche el sueño mío,
la magia se ha instalado dentro, muy dentro
y digo que siento que renazco, que vivo y que respiro,
hacia un camino nuevo, con alas de gaviotas,hacia un AMANECER distinto
1 comentarios:
¿Y donde dice ahí que la razón por la que no podés dormir es por las costillas? ¿eh? ¿eh?
¡Poné el del George!
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