El Pasajero...


Llueve... el cielo de un gris plomizo
desgrana en gotas como perlas,
lágrimas de alguna nube viajera.

“El” apenas nota la lluvia...

Camina sin rumbo a lo largo del andén,
envuelto en la niebla y el humo
de los trenes que llegan y parten,
en letanía indiferente.

No lleva equipaje, sólo acompaña su vagar incierto
la última carta que escribió a su amada,
y el raro perfume que quedó en el sobre al serle devuelta.

Se sube a un tren, sin mirar su destino,
en el vidrio empañado,
escribe el nombre de aquella que un día
llenaba sus horas.

...y cierra los ojos condenado a los recuerdos,
a las dudas y preguntas,
¿cómo hago para seguir viviendo, cómo hago
para no extrañarla?

La lluvia en el vidrio le da la respuesta,
una a una las letras del nombre se alargan y caen,
resuenan como un grito en una noche de silencio,
o como una pena en un corazón vacío.

Ya nada es igual, no tendrá su risa ni sus manos tibias,
dolores de ausencias, amores perdidos...

¿cómo haré mañana para seguir viviendo?

1 comentarios:

xavi dijo...

Qué fácil es sentirse ser "él", quien no lo es o ha sido.
Y luego... q razones?, cuales son las q me den motivos para seguir en vida?
Ya sin sueños... sin futuro, porq esos desaparecieron junto a la lluvia.

me gustó leerte, gracias